diciembre 05, 2008

Modelo ecológico de intervención

-Es cierto lo que le dijeron de mí, yo le pegó a mis compañeras. Pero le prometo que no lo vuelvo a hacer- dijo el alumno.
Estábamos sentados a mitad del patio, en el cordón de una jardinera reflexionando sobre el problema de la violencia en las aulas de la secundaria 22, ubicada en la Colonia Vicente Guerrero de San Nicolás.
Había frente a mí tres alumnos de primer año con los que había convivido en el último mes a petición del Instituto de la Juventud de es municipio, cuyos funcionarios me solicitaron un programa de intervención para disminuir la violencia en ese centro educativo.
-Lo que pasa- comentó el alumno- es que tengo muchas hermanas y ellas me pegan por cualquier cosa que hago. Les tengo mucho coraje.
-Entonces ¿buscas vengarte de lo que te hacen en tu casa?, cuestioné.
-Sí, pero ya entendí que no es correcto lo que hago- afirmó.
Yo-intervino el otro adolescente- beso a las compañeras a la fuerza, pero ya no lo haré.
A mí me pegan ellos dos- señaló el tercer alumno- pero lo hacen si razón, pues no les doy motivos. Quiero que dejen de molestarme.
-Y que van a hacer para ayudarme a que no haya violencia entre los alumnos de esta escuela, les dije.
Los alumnos que habían reconocido ser agresores, me pidieron una hoja de la agenda que llevaba en mis manos y con su puño y letra se comprometieron a no pegar a sus compañeras, a terminar con el acoso sexual y a no lastimar físicamente a los alumnos.
Al día siguiente, los cientos de alumnos de la escuela secundaria llevaron una brocha, bolsas para la basura y con varias latas de pintura que había llevado el Instituto de la Juventud, cubrimos el graffiti que manchaba la barda del centro escolar.
Al interior de la escuela, pasillos y jardines fueron aseados, por alumnos entusiasmados por hacer de su escuela un lugar más agradable, un centro educativo en armonía.
En las ventanas de aulas y oficinas había algunos cartelones donde tímidamente algunos alumnos escribieron frases de rechazo a la violencia escolar.
Maestros, funcionarios y alumnos decidimos plantar un árbol en el centro del jardín escolar para que simbolizara la alianza que formamos para enfrentar la violencia en las aulas.
El modelo de intervención consistió de tres fases:
La primera tarea consistió en sensibilizar a los estudiantes sobre el fenómeno de la violencia escolar, definiendo el fenómeno, informando sobre los tipos de agresiones y los índices de cada uno de los maltratos, según los estudios realizados en el ámbito local.
Posteriormente informamos del sufrimiento que pasan los alumnos víctimas de bullying y el negro futuro que enfrentan los agresores.
Después pedimos a los que estuvieran a favor de la paz en la escuela que escribieran frases en cartelones donde mostraran su oposición a la violencia en las aulas.
Pedimos a los alumnos que nos dieran el nombre –en un papel secreto- de aquellos alumnos que fueran víctimas de sus compañeros y que además identificaran a los agresores.
Sometimos a la aprobación del alumnado y de los directivos, la realización de un proyecto ecológico en beneficio de la escuela, que consistía en estar en paz con nuestro medio ambiente borrando el graffiti de aulas, pasillos y bardas.
Otra de las actividades que sometimos a aprobación fue el reforestar jardines, sembrar nuevas plantas, hacer limpieza general y pintar la barda.
Acordamos que los alumnos deberían asistir con pantalón de mezclilla, camisa o blusa blanca, y una brocha.
La escuela se encargaría de proveer algunos alimentos y bebidas para los alumnos, y el Instituto de la Juventud de San Nicolás, conseguiría pintura, escobas y otras herramientas para limpieza.
El día del evento hubo música, discursos oficiales y una gran alegría de los alumnos que descubrieron en gusto de trabajar en equipo, la tranquilidad que da estar en armonía con el medio ambiente y el valor de la convivencia con sus compañeros de otros grados.
Al inicio de este período escolar trabajaremos en la instalación de comités estudiantiles para desarrollar actividades por la paz en la escuela, porque evitar la violencia en las aulas requiere del trabajo continuo.

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